Entre el árbol y la casa

Tomó el cuchillo y se dirigió al patio: allí estaba el canto de ave desgarrada, dentro o detrás del árbol; caminó hacia él. El corazón aceleraba su deambular por lo incierto, algo se estremecía detrás o dentro de la corteza con un rumor de cementerio. Se detuvo frente al árbol; ¿qué había allí que no asomaba su mirada material, que no asustaba de una vez y por todas con su cuerpo de carne en erosión? Nada podía hacer; el sudor caía sobre el polvo amarillo. Dio un manotazo sobre el tronco y apenas sonó un bostezo de sus fuerzas, supo entonces que el miedo había llegado a sus huesos y allí se anidaba como una culebra perseguida por un dios, acechante y plena de veneno. No sentía las piernas; pero le obedecieron en la huida hacia dentro de la casa, no quiso correr para mostrar cierta dignidad en la cobardía, cierto dominio en el pavor. Entonces algo estremeció la puerta del patio desde el interior de la casa, y allí aumentó su ronquido de tormenta como un trueno lleno de noches para violentarlo. Apretó el cuchillo y esperó en el medio del camino.



Arnaldo Jiménez

Del libro inédito Algunas pesadillas.

Imagen de portada: fotografía de Rafael Guillén, de la serie La Candela (2009).