Al Museo de Ciencias de Caracas
NO PASE DE LA FRANJA AMARILLA
—¡Shhh!, quédate quieta, Pola.
—¿Así, Lara?
—dijo Pola, y se puso rígida, los brazos pegados al cuerpo, los pies juntos, el cuello tenso, los pelos tiesos, una niña estatua.
—Así —la felicitó su hermana. —¿Lo ves?
—¡Lo veo!
—¡Shhh!, no grites.
NO TOME FOTOS CON FLASH
—¿Qué están haciendo?
—dijo la madre a sus espaldas.
—Vigilamos.
—¿Qué vigilan? —la mujer contempló la vitrina con insectos disecados que parecía reclamar toda la atención de sus hijas. No tenía nada de particular, sólo mariposas empaladas en agujas.
—Tienes que ver bien, mami —dijo Pola sin moverse.
—Muy bien —la secundó Lara.
La madre se concentró, pero apenas alcanzó a notar el reflejo de las luces fluorescentes sobre el cristal y los bichitos no menos muertos.
—¡Ahí! —Pola señaló con la boca para no quebrar su postura.
Las niñas contuvieron la respiración al unísono.
Se escuchó un zumbido muy fuerte, un zumbido de animal grande.
La vitrina se sacudió.
NO PROVOQUE A LAS MARIPOSAS
La madre creyó ver en el suelo el batir de unas alas envolviendo su reflejo.
Imagen de portada: Migishi Kōtarō (1903 – 1934), Mariposas volando sobre las nubes (1934), Museo Nacional de Arte Moderno de Tokio / Barandas del Museo de Ciencias de Caracas. Composición creada por Contexturas.org.
Excelente !