Tigre de refrán entrega su piel a quien aún se espante con ella.
Denise Armitano Cárdenas
Escribir microficción equivale a andar ligero de equipaje, con la palabra justa y el silencio acertado, apelando a la complicidad del lector, quien, muchas veces, completará la historia.
Imagen de portada: Morris Hirschfield (1872 – 1946), Tigre (1940), óleo sobre tela, 71.1 x 101.3 cm, Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), fotografía de Pedro Cote Baraibar.
El broche de oro pues
¡ Las trece palabras más calificadas y clasificadas !
Yo me sabía el de tigre no come tigre…
Mis respetos a la Tigresa de Contexturas.org
¡Muchas gracias María Alejandra por tu lectura y por tu aprecio! Ahora te sabes tres: «Hijo de tigre: pintito», dicen en Chile o «rayado tenía que ser»…
¡Bevedad y concisión!
¡Gracias Angélica!
Y ese tigre de refrán quedó bién libre de equipaje, ni con su propia piel. Así, tan despojado, es una metáfora de la micro-micro ficción. Muy bueno.
¡Muchas gracias por tu lectura y generoso comentario Norma!