La de identidad

—¡… y contra la pared!
Todo el que lo escucha queda paralizado, rogando que sea una broma y que la pesadilla termine pronto.
—¡Nunca deje que nadie se la engrape! —dice el petulante funcionario a la desconcertada dama pues, según él, un documento perforado es sinónimo de expediente penal.
—¿Tú por qué tienes dos? —pregunta el delincuente mientras hurga en la cartera de su víctima, quien había obtenido los dos ejemplares gracias a una tía, secretaria de Ministro.
—¡Está vencida! —espeta el cajero del banco, como si por eso uno dejara de ser ciudadano.
—¡Nunca salga sin ella! —aconsejaba un comercial de tarjeta de crédito, pero aplica perfectamente a nuestra cédula de identidad.


Manuel Pulido Azpúrua
Santa Teresa de Jesús decía que la imaginación era la loca de la casa. Estoy de acuerdo. En el caos que es mi cabeza, escribir microficción supone poner un poco de orden en casa y abrir brevemente una ventana para exhibirlo.

Imagen: Montaje fotográfico por Jenny Meléndez Z.