Durante la mañana, el árbol se cubre de los turquesas, amarillos, verdes o rojos de las guacamayas. Del marrón con un atisbo de gris y marino de las guacharacas, o el arena dorado de dos hermosos gavilanes. Hay cientos de tonalidades de verdes que se asoman de lejos. Pero el mejor es el despliegue de El Ávila, sus sombras, rosados, cerúleos o amarillos durante las diferentes horas del día.
Otras veces son las que llevo en la memoria (las del cielo que se cuelan desde cualquier espacio de la Ciudad Universitaria, o la inmensa masa de la Facultad de Arquitectura, los mosaicos rojos o las transparencias del mural de Léger). Mis personas favoritas son azules en toda la gama. A veces doradas o de un profundo y misterioso negro.
Antes sólo veía el negro de los zamuros. Nunca imaginé que un accidente y un largo reposo me traerían de vuelta (a) los colores de Caracas.
Imagen de portada: UCV / La vida parada, fotografías de Claudia González Avendaño.
Caracas y su bipolaridad multicolor, ¡grande!!!
Sí, nos acostumbramos a esa bipolaridad
Caracas rima y vive con caleidoscopio
Me gustó !
Gracias !
Gracias por tu comentario y tu amor a los colores de Caracas
Un viaje de memorias remotas y recientes entre pasiones siempre vivas donde se mezclan el arte y la naturaleza colorida de nuestra Caracas..
Muchas gracias, María Luz, me encantó!
Gracias querida Mary por tu hermoso comentario