Bailarina

Repito cada gesto y las cejas que enarco marcan la armonía de los dioses para cortejar la luna que se oculta y el sol que se avecina. Tengo por destino moverme con el universo. Mis pies no han llegado a fatigarse y mis manos entretejen la cadencia de las horas. Mis bailes dan a luz una niña en el imperio o despiden un anciano cuando estalla la mañana. Las vírgenes me reclaman para desposarse y mi música resuena en sus oídos y en sus vientres. Si me alejo de mis danzas, comienzan las riñas, la guerra y la catástrofe.



Karl Krispin
El mini cuento narra lo mucho en lo poco, lo pródigo en lo escueto, lo abundante en lo escaso. Con recursos comedidos exige que el narrador involucre al lector en una cuestionable complicidad de naturaleza privadísima y quizá sospechosa. Su desenlace no es un asunto contable. Carece de mediciones y otras ortopedias. Es un domicilio abierto que se resiste a las hipotecas y los allanamientos. Está en permanente reforma y nunca honra un aspecto idéntico. Muy poco recomendable para quienes solicitan explicaciones.

Del libro inédito Angkor Wat. Un diálogo entre las fotografías de Manuel Álvarez-Buylla y los textos de Karl Krispin.
Imagen creada a partir de una fotografía de Manuel Álvarez-Buylla.