Te acompañaré mientras esperas

Marina voltea como si el retorno pudiera salvarla. Se suelta el cabello, y enrumba sus pasos silenciosos hasta la casa de la madre ciega. Sabe que la espera. Se siente ligera y consciente de la magnitud a su alrededor. La noche y la luna tienen un brillo estelar, y se estremece. Puede verlo, sentirlo todo, y sin embargo se siente tan sola. Apura el paso, la madre debe estar preocupada, contando mentalmente las horas desde que se fue a las tres de la tarde al hospital, a visitar a una prima enferma. Recuerda el semblante desmejorado de la prima, las uñas un tanto azuladas, al igual que las ojeras, la tez amarillenta. Pronto morirá, piensa, y algo dentro de ella la impulsa a sonreír, pero no termina la sonrisa. Siente escalofríos y se avergüenza un poco, apresurándose más.

La puerta está doblemente cerrada, con todas las trancas y obstáculos que la madre inventa para protegerse del enemigo, sin embargo Marina entra fácilmente. La madre no está donde acostumbra. Se encuentra recostada en una mecedora en el salón, hace frío.  Marina corre hacia ella, le echa una cobija encima y la estrecha fuertemente, le dice que no debe preocuparse, que ya está de vuelta. La madre sonríe, sus tristes ojos vacíos para siempre.

–Te has ido –murmura.

Marina retrocede, y siente que su cuerpo es una lágrima viva. Entiende repentinamente que no sobrevivió al accidente. Que nunca llegó al hospital a ver a su prima, y sin embargo recuerda haberla visto. Que cuando subió al autobús el ambiente estaba lleno de presagios. Que había vuelto a casa en medio de su muerte, y su madre lo sabía y la lloraba con los ojos secos. Que su hermana volvería en cualquier momento para cuidar a la madre, trayendo consigo a las dos niñas, y que la madre, aún sin verlas, sonreiría de nuevo.

Se sentó a su lado recostando la cabeza sobre su regazo, sabía que el tacto no se agotaba en la materia. “Te acompañaré mientras esperas”, le dijo con voz queda.  La madre volvió a sonreír con los ojos llenos de ausencia.



Yilenia Meléndez Z.

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