Caracas, Av. Este 2 con Sur 25. Cuando paso cerca de ellas las escucho murmurar:
—Nos regalaron una calle.
—Que no lleva a ninguna parte.
—Tenemos una bonita estrella.
—Siempre a punto de apagarse.
—Recibimos viajeros del mundo entero.
—Forasteros ajenos al Gran Oriente.
—¿Y este rostro que nos dieron?…
—…que nos trastocó la identidad.
—¡Nunca ves el progreso!
—¿Cuál progreso?: nos quitaron el jardín, nos pusieron una estrella de hotel sin categoría y aunque somos el soporte de los restos de “La Mansión”, con este rostro inventado perdimos la dignidad de lo sobrio.
Una mira a babor, la otra a estribor. Si una habla en español, la otra responde en inglés. Y cuando una se contagia del acento cienfueguero, la otra replica en iraní.
Son las columnas del Ribot, enfrascadas en eterna discusión, bajo sus máscaras faraónicas.
Denise Armitano Cárdenas
Imagen de portada: Fotografía de Jonathan Velásquez / La mansión egipcia, fotografía documental.
Imaginé dos urracas leguleyas, dos cotorras, las eternas amigas condenadas simpáticamente en sus columnas a jugar el juego del contrapunteo…( en esas coordenadas caraqueñisimas )
siempre en querella, siempre en fuga,
pero siempre enfrascadas en su compañía…
Me gustó querida Denise !
¡Muchas gracias por tu lectura y apreciación María Alejandra!
mientras siguen hablando, hay vida
Sí que la hay…
Si las estatuas hablaran, cuántos cuentos y vivencias contarían! Gracias por este diálogo…